jueves, 16 de noviembre de 2017

RESTAURANTE: " ILLUNBE"

Este sábado mis papis vinieron a pasar el día a Madrid con sus amigos, y como  a mi me encanta estar con ellos me apunté al plan.


Quedamos temprano, sobre las 12 para ir a ver una exposición a la Fundación Juan March en la calle Castelló.  La expo está dedicada al Movimiento Arts and Crafts en Gran Bretaña.


Fue interesante porque su autor principal, William Morris fue un hombre polifacético destacando en distintas facetas como diseñador, artesano, empresario, poeta y ensayista.


Las salas estaban repletas de cuadros, telas, muebles, libros, dibujos y  joyas, que para ser de hace más de un siglo, son muy modernas y actuales.


Podeis ir a verla hasta el 21 de enero de 2018 y es gratis.


Pero lo bueno venía después, la comida.


Un amigo de Papá nos llevó a un restaurante que el ya conocía en la zona de Cuzco, en la Castellana. Es un restaurante asador, que se llama " Illunbe" ( http://illunbecastellana.net/).


Es un sitio moderno, con barra a la entrada, un comedor grande y luminoso y una terraza acondicionada para el invierno.


Eramos siete personas y todas de buen comer, así que como hacen siempre empezamos la comilona con unos platos al centro.




De aperitivo de la casa, junto con la primera cerveza, nos pusieron chistorra que estaba rica.


Como eramos muchos, el camarero nos facilitó compartir los platos al centro, sirviéndonos un poco a cada uno.


Empezamos con ensaladilla rusa, despúes colitas de cigala, un combinado de boletus y para terminar alcachofas plancha con almejas.


Me gustó todo y la cantidad perfecta para después poder tomar cada uno su plato principal.


Algunos pidieron lomo de bacalao, otros cogote de merluza y otra amiga solomillo.



Papá y yo lo teníamos claro, y nos pedimos para compartir una chuleta de vaca gallega extra a la parrilla, con ensalada de lechuga y pimientos de gernika.


La carne estaba en su punto y tenía buen sabor.


Yo como soy así de comilona chupé hasta el hueso, jaja, costumbre familiar.


Podíamos haber terminado la comida con un café y una copa, pero ya que se pone uno, el postre nunca está de más.


No me fijé mucho pero creo que pidieron cuajadas, tarta de queso y yo algo que no había probado nunca, pantxineta templada, que es un hojaldre relleno de crema.


Los postres no son su fuerte, pero no se puede ser perfecto en todo.


Los papis comieron con vino blanco y tinto, que siento no poder deciros cuales fueron, porque yo siempre tomo cerveza.


Despúes tomaron café y alguna copa.


El precio por persona fue de unos 70€, con un 30% de descuento sobre el precio total, ya que reservamos on line a través de una página concertada con el restaurante.


En mi opinión es un sitio al que poder volver, pero con precios excesivos.


Quizás la próxima vez pruebe los pintxos de la barra.


Gracias familia por la invitación y la compañia, siempre es un placer compartir con vosotros.


Nos vemos pronto!!!!























No hay comentarios:

Publicar un comentario